Después de una larga temporada sin pajarear, hace unas semanas pude al fin acercarme a la Laguna de Fuente de Piedra. No había apenas agua y no pude acercarme a los flamencos, de modo que me tuve que conformar con un precioso alcaudón que se puso a tiro y poco más; me acerqué al día siguiente a la Punta de Calaburras (también en Málaga) y por allí se asomaron los vuelvepiedras, confiados, y algunas otras limícolas...
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